Como todos los años, cuando se debaten los pases en los
equipos de fútbol de la mayor potencia futbolística de este planeta (nuestra
Argentina), visité a mi gurú futbolístico, el gran Lurmo, el Supremo Sacerdote
del Balompié, como le encanta que lo denominen sus acólitos.
Lo encontré en su viejo tronco de roble, su túnica azulceleste, su camisón blanco, y consultando su conocido libro sobre los movimientos mágicos en los encuentros del ahora denominado fútbol y que, los celtas indómitos llamaban: "jugar con las cabezas huecas de los sajones".
Hice los saludos de rigor y le pregunté:
- Maestro, mis nietos más grandes son bosteros y todos los días me refriegan su supuesta supremacía copera...qué puedo decirles para destrozar sus viles argumentos...
Me miró con su mirada ancestral, la misma que admiró la bravura inteligente de mi lejana abuela Boudica, y sin inmutarse, inclinando apenas su larga barba blanca para clavar sus ojos azul hielo en mi cara preocupada, dijo:
- Hijo, los menos dotados pretenden mejorar y siempre aspiran a lo superior. La cruda realidad, la única verdad, como enseñó mi enviado a tu país, convencen a estos arribistas, pues los superiores nacen tales y no se hacen, que no les alcanza la faja para disminuir la barriga, como cantó aquél gaucho con la daga larga y las palabras cortas. Entonces, abatidos y desilusionados, se conforman con lo inferior, aquello que está a su alcance existencial...se hacen de Boca...
Volvió a leer su libro y me retiré balbuceando un saludo que no se dignó a contestar.
Orgulloso de ser un "superior" me dirigí a la bestial confrontación con mis nietos.
Guillermo Compte Cathcart
Nota: A los amigos que me honran leyendo mi blog en todos los rincones de la Tierra les aclaro que esta nota es expresión del folklore futbolístico de la Patria de Maradona, Messi y tantos otros genios de este juego impar. Yo soy de River Plate el club líder del fútbol argentino. El segundo es Boca.
Como estos nunca podrán igualar el número de campeonatos obtenidos por River, hacen estadísticas volubles e imaginarias, que los indican como supuesto ganador.
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