El Profesor Chicoana Fuentes – por su trabajo con las
más importantes empresas multinacionales y los más poderosos servicios de
información de la tierra - tiene acceso a información ultrasecreta, esa que con
bombos y platillos se difunde – casi siempre en la forma de un libro que se
vende por millones – varias décadas después de sucedidos los hechos cuya
gestación se ocultaba.
Como enseñó el gran maestro del engaño amoroso, el
Maestre Schiviochi – cuyo sepulcro visitan los turistas que recorren la Vía
Milagrosa que lleva a Florencia para depositar una orquídea negra - , la mejor
manera de ocultar un secreto es divulgarlo a través de voceros prontamente
desautorizados, así los oyentes de la primer versión – víctimas de la confusión
por la fervorosa desmentida que la sucede – nunca más creerán en la verdad tal
como fue develada y se protegerán – conformándose - de la angustia que la
mentira ocasiona, con mutaciones mentirosas de la noticia original.
Como todos los amigos de Chicoana solemos hacer,
acudimos a su reunión, convocada en el mismo e inhóspito lugar de siempre – a
un costado de la ruta provincial número 16, donde se encuentran los Partidos de
Presidente Perón, Almirante Brown, San Vicente y Esteban Echeverría - a la
misma hora desacostumbrada – las 3 y 15 - de la madrugada.
Allí nos enteramos del Plan Secreto que comenzarán a
ejecutar en breve los gobiernos de China y La Argentina y asumimos el
compromiso de divulgarlo a través de nuestras respectivas columnas.
Pronto seremos desmentidos por el mismísimo profesor, pero habremos cumplido con nuestra misión al
servicio de los Pueblos Unidos de los Mares del Sur y su causa para la
construcción un Nuevo Mundo.
Viven en territorio chino cuatro mil setecientos
veinticuatro expertos argentinos que hablan y escriben el idioma de sus
anfitriones tal como lo hacen con el español que usamos en Valentín Alsina, en
Palermo Viejo o en Berazategui.
Viven en la Patagonia siete mil cuatrocientos dos
expertos chinos que hablan como cualquier porteño común y corriente.
Estos adelantados son egresados universitarios en casi
todas las especialidades de la Ciencia Actual y tienen como objetivo
desarrollar la plataforma científica de la mayor migración planificada de la
historia humana.
Cuando durante la tercer presidencia del General Perón
se planificó y se realizó el Primer Vuelo Tanspolar que unió a nuestro país con
el continente asiático, los integrantes del G – 7 abrieron en sus respectivas
agencias de investigaciones un protocolo que lleva un nombre por demás extraño:
“No olino más la sopa” y que iba a ser colmado con sucesivos informes que
confirmarían con el correr de las décadas la sospecha original: los argentinos
querían ser la cabeza de playa para la invasión china del continente americano.
Mediante la única política de estado que los distintos
presidentes argentinos cumplieron, en apenas medio siglo más – una hora en el
tránsito de las generaciones – los orgullosos yankees verán cumplida su profecía:
por el patio trasero les llegó – como a los cerdos - su San Martín.
Hordas amarillas – alimentadas a bife de chorizo,
bailando el tango y jugando al soccer como Maradona – cruzarán el Río Grande
para exigir retribución por el maltrato de los esclavos chinos en las minas de
oro y en el tendido de los grandes ferrocarriles, por la guerra del opio, por
los 55 días en Pekín, por la cañonera del Yang Tsé y por la injusticia cometida
contra el Maestro Bruce Lee cuando le robaron el guión para dárselo a David
Carradine, el blanco que interpretó al Cowboy de la Patada Ligera, el monje guerrero
de Kung – Fu.
En Córdoba y en la ciudad de Shao – shan en la
provincia de Hunan, la cuna de Mao, se están construyendo los primeros cinco
inmensos aviones – se harán cincuenta en una década - con capacidad para trescientos pasajeros
acostados.
En la Antártica se construirá un hotel para turismo
científico a doscientos metros del polo sur.
En un perdido campo de la provincia de Santa Cruz, -
uno de esos predios que los turistas no pueden cruzar por la fuerte guardia
armada que los vigila y que todos dicen que pertenece a una empresa
multinacional que se apropió de nuestros recursos naturales - hay una reserva ecológica que está permitiendo
la reproducción exitosa del Panda en cautiverio: en estos momentos la población
del simpático osito ha llevado el número de ejemplares patagónicos a la cifra
récord de 1324. Lamentablemente, por ahora, los nacidos en nuestro territorio
son híbridos, como las mulas, pero los investigadores creen que en una década
volverán a la normalidad reproductiva.
Aquellos aviones viajarán cruzando el polo sur
ininterrumpidamente transportando parejas recién casadas de campesinos chinos
no mayores a los 22 años de edad y sin hijos. Cada pareja recibirá un predio de
10 hectáreas para dedicarse al cultivo o a la cría de una especie determinada
con el auxilio del INTA y de su siamés en el gran país de la Muralla. El
tratado exige que cada matrimonio tenga tres hijos como mínimo. Los chicos
aprenderán los dos idiomas y recibirán la cultura de sus mayores y de su patria
sin ningún tipo de acondicionamiento.
Sorprendidos por la inmensa novedad que nos transmitió
Chicoana hojeamos con avidez los primeros libros editados en los dos idiomas y
que relatan la historia argentina desde la llegada de Don Pedro de Mendoza
hasta el primer piquete en el Puente Pueyrredón y que el sabio de Longchamps
contribuyó a redactar.
Eran ya las seis y media de la mañana y por el camino
ancho iban apareciendo uno a uno los primeros carritos cartoneros dirigiéndose
a los centros poblados a la vera del ferrocarril.
Ante mi pregunta, Fuentes contó la anécdota que
explica el nombre elegido por las superpotencias para designar el Tratado Chino
– Argentino.
Cuando Perón regresó de su exilio brindó un extenso
reportaje a dos periodistas muy reconocidos y eligió como coordinador a Antonio
Carrizo. La entrevista fue televisada en vivo. En uno de los cortes el anciano
general contó una anécdota: En Córdoba varios estudiantes universitarios iban a
comer a una cantina en la cual trabajaba un chinito inmigrante y al cual
cargaban sin cesar. Un día, al acercarse el fin de las clases lo llamaron y le
prometieron no volver a burlarse de él. El chinito agradecido les prometió no
volver a “orinarles la sopa”.
Uno de los cámaras – espía de la CIA – transmitió a
sus superiores la filmación de la chanza del creador del Justicialismo usada
para ejemplificar el crecimiento de la China de Mao. Los inefables espías del
Norte, con su inutilidad innata para clasificar la sutileza le pusieron a la
sospecha un incomprensible : “No olino más la sopa”.
Hoy, treinta años después, todos hablan de tratados
comerciales.
Sólo nosotros, los dueños del futuro, conocemos la
verdad: el sol amarillo de nuestra bandera de guerra – más amarillo que nunca -
brilla con mayor intensidad.
Guillermo Compte Cathcart
No hay comentarios:
Publicar un comentario