Un libro es, por encima de todo aquello que un lector decide
que sea, una vasta colección de cultemas. Es decir, frases que tienen la
esperanza, la posibilidad – en cuanto escritas, en cuanto existen – de ser
reproducidas en copias numerosas, longevas y fieles por los seres humanos que
las leen o las escuchan. (También podrían reproducirlas los seres que posean un
sistema perceptivo y un banco cerebral de datos similares – funcionalmente - a
los nuestros).
Porque los cultemas, nacen, viven, mutan y mueren, dentro de
ese verdadero magma creativo que parasita ese centro nervioso que solemos
llevar en una caja ósea, por encima de los hombros.
Hasta hace unas horas, en mi cerebro, había un grupo de
cultemas relacionados con el mar por excelencia de los antiguos: el
Mediterráneo, por el cual cruzan todos los caminos que llevan a Roma, el Mare
Nostrum. Es más, cuando pienso en el Atlántico como mar de la Pax Británnica,
lo hago extendiendo las cualidades mediterráneas de la civilización occidental
a esa vasta extensión incógnita que aventuró a los hombres más allá de los
mitos del desastre y del pánico.
Cuando terminé de leer el excelente libro Representations of
Empire. Rome and the Mediterranean World, editado por Alan K. Bowman, Hannah M.
Cotton, Martin Goodman y Simon Price, y publicado para The British Academy por
la Oxford University Press, ISBN 0-19-726276-7, ISSN 0068-1202, 2004, otro mar
me llamó la atención y ha quedado grabado en mi memoria como imprescindible
para comprender la génesis de nuestra civilización y el por qué de algunas de
nuestras características fundamentales.
Este hermoso ejemplar de 196 páginas, de tapas duras, posee
una hermosa reproducción en su cubierta que nos muestra al Coliseo visto desde
las arcadas de la Basílica de Constantino, pintura al óleo sobre papel en el
año 1825 realizada por Jean Baptiste Camille Corot (1796-1875), que puede verse
en el Louvre.
Dentro de este volumen que pertenece a la serie Proceedings
of the British Academy, el número 114, hay 8 ensayos y un apéndice:
“Introduction: Pursuing Democracy”, de John North – profesor de historia en el
University College de Londres ; “Sennacherib’s Siege of Jerusalem”, de Amélie
Kuhrt – profesora de historia del antiguo cercano oriente en el University
College de Londres; “In Search of the Pontic Community in Antiquity”, de
Stephen Mitchell – profesor de cultura helenística en la University de Exeter;
“Rome and the Jews: Josephus on “Freedom” and “Autonomy””, de Daniel R.
Schwartz – profesor de Historia Judía Antigua en la Universidad Hebrea de
Jerusalén; “In arto et inglorius labor: Tacitus’s Anti-History”, de Katherine
Clarke – enseña historia antigua en el St Hilda’s College, Oxford ; “Domitian’s
Palace on the Palatine and the Imperial Image”, de Paul Zanker – profesor de
Arqueología Clásica en la University de Munich; “Imperial Administración and
Epigraphy: In defence of Prosopography”, de Werner Eck – profesor de historia antigua
en la University de Cologne y “Lactantius and Augustine”, de Peter Garnsey –
profesor de historia de la antigüedad clásica en Cambridge.
El apéndice es “Fergus Millar: Bibliography” y en él podemos
leer los títulos de libros, artículos, capítulos, reseñas de artículos y de
discusiones, reseñas y noticias seleccionados por quien fuera inolvidable
profesor de historia antigua en el University College de Londres.
“In Search of the Pontic Community in Antiquity” , de
Stephen Mitchell es una verdadera aventura, un viaje por el tiempo, una
inolvidable experiencia.
En las páginas 60 y 61 se nos ofrece el mapa 3 que nos
muestra las regiones pónticas en la antigüedad: los pequeños puntos negros nos
indican ciudades, Chersonesus, Olbia/Borysthenes, Tyras, Istrus, Tomis,
Callatis, Odessus, Mesembria, Apollonia, Byzantium, Chalcedon, Nicomedia, Cius,
Nicaea, Prusa, Cyzicus, Pergamum, Bithynium, Prusias, Heracleia, Cimista,
Tieium, Amastris, Sinope, Amisus, Amascia, Zela, Comana, Cabira/Neocaesareia,
Cotyora, Pharnaceia, Trapezus, Apsarus, Phasis, Diocaesareia, Pytius, Tanais,
Kepoi, Phanagoreia, Hermonassa, Panticapaeum, Nymphaeum y Theodosia; y podemos
conocer la ubicación de los distintos pueblos que nutrieron nuestra imaginación
con las historietas sobre héroes fabulosos armados con espadas invencibles
luchando contra déspotas monarcas devorados por la leyenda: Machelones,
Heniochi, Colchis, Sanni, Apsilae, Abasci, Achaei, Maeotians, Scythians,
Taurians, Sarmatians, Getae, Thracians, Mariandynians, Mysians, entre otros.
Veamos algunas frases dignas de ser repetidas:
“Los adjetivos Axenos y Euxinos, que los griegos entendían
como “hostil a los extranjeros” y “amistoso con los extranjeros”
respectivamente, fueron usados por los escritores griegos desde tiempo antiguo
como podemos apreciar en Píndaro, y la segunda significación predominó
rápidamente”.
“El nombre Pontus, provee una base para la identidad común
para aquellos que viven en las costas del Mar Negro”.
“Del intercambio entre las colonias griegas y los habitantes
de la región interior : esto parece haber sido la función específica de lo que
los griegos llamaban emporia”. Aquí Stephen Mitchell nos remite a un trabajo de
M. H. Hansen (Stuttgart, 1997) “Emporium. A study of the use and the meaning of the term in the archaic and
classical periods”, Yet More Studies in the Ancient Greek Polis, 83-105. Título
interesante, si los hay, pues para cualquiera de nosotros, habitantes de las
colonias sudamericanas, emporium, suena y se lee, muy , pero muy parecido a
imperium.
O. Bounegru y M. Zahariade (Oxford, 1996), en Les forces
navales du Bas Danube et de la Mer Noire au I-VI siècles, afirman que soldados
romanos , individualmente o pertenecientes a destacamentos , de la legio XI
Claudia estuvieron en Histria, Tomis, Tyras, Olbia y Chersonesus.
De la bibliografía, que al final del ensayo señala Mitchel,
hemos seleccionado los siguientes títulos: “The name of the Euxine Pontus”, The
Black Sea. The Birthplace of
Civilization and Barbarism, “Greeks and barbarians: the Black Sea region and
Hellenism under the erarly empire”, “Le Pont-Euxin et le monde méditerranéen”,
The Corrupting Sea, Roman Rule in Asia Minor, The Athenian Empire e Il regno di
Bitinia.
Tal vez, el estudio exhaustivo de estas colonias griegas y
romanas, nos brinde el marco conceptual apropiado para comprender la génesis
del imperialismo occidental y su desplazamiento a través de los mares: el Mar
Negro, el Mediterráneo, el Atlántico.
Es decir, la Pax Griega, la Pax Romana, la Pax Británica, y
la Pax Americana.
Leer este ensayo y todos los que integran este excelente
libro producido por la Oxford University Press, forma parte de una seria
militancia para la liberación de las colonias que aún existen en nuestra
Tierra.
Guillermo Compte Cathcart
No hay comentarios:
Publicar un comentario