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martes, 9 de junio de 2015

La Crónica Perdida de Guria




Cuando se lee un libro para recomendar – o no – su lectura a otros, el “analista de contenidos”, el “crítico”, el “reseñador”, o como quiera que se denomine – o lo denominen – debe ser muy cuidadoso y prudente a la hora de elegir un título para su relato, pues de esa elección dependerá el mayor o menor grado de interés que logre despertar entre los posibles lectores de ambos textos: el que introduce a la cuestión y este en sí mismo, el libro en su total singularidad. En su inmensa soledad, que busca quien comparta su contenido, ese lector desconocido que lo hará inmortal en tanto y en cuanto logre que sus frases se conviertan en Cultemas. Porque, después de todo, cada libro es un arcón repleto de frases que pueden llegar a evolucionar al estado de Cultemas.
El título que elegido para la presente presentación es “La Crónica Perdida de Guria”.
Frase que he copiado de la página 400 del libro de Mary Whitby, investigadora del proyecto de la British Academy que pretende brindar información esencial sobre las fuentes no bizantinas del Mediterráneo Oriental en el período comprendido por los siglos XI y XII: la Prosopografía del Mundo Bizantino (Prosopography of the Byzantine World ‘PBW’).
El libro en cuestión lleva por título Byzantines and Crusaders in Non-Greek Sources 1025-1204, ISBN 978-0-19-726378-5, (Oxford University Press, 2007), publicado para la British Academy.
Tapas duras, hermosa presentación, 428 páginas y con una ilustración memorable en la tapa: Barcos llevando peregrinos y cruzados y un panel que muestra a la Virgen con el Niño y escenas de milagros.

Son colaboradores de este impresionante volumen de la Oxford University Press: Michael Angold, Michael Balard, Averil Cameron, Krijnie Ciggaar, Nicholas de Lange, Peter Edbury, Simon Franklin, Tim Greenwood, Carole Hillenbrand, Joshua Holo, Michael Jeffreys, Jeremy Johns, Stephen H. Rapp Jr., Jonathan Riley-Smith, Vera von Falkenhausen y Witold Witakowski.
Engalanan esta obra , 10 mapas: Límites del Imperio Bizantino en 1025, el Mundo Bizantino, 1204-61, las mayores rutas de Cruzados y Peregrinos, 1025-1204, el Cercano Oriente en el período Cruzado, el sur de Italia y Sicilia antes de la conquista Normanda, el Noroeste Europeo y Bizancio, ciudades y centros culturales del mundo Ortodoxo Eslavo, Armenia y Georgia, el mundo Islámico cerca del 1100 y las comunidades judías en el período Cruzado.
Como podemos apreciar , la sola enunciación de los mapas que esta obra ofrece nos abre la impresionante cantidad de Cultemas que podremos encontrar con una lectura atenta.
Veamos algunas de las frases que contiene esta perla de la Oxford.
“Las Cruzadas han adquirido una nueva y urgente relevancia en relación con los eventos de los últimos años que han convertido en inciertas y tensas las relaciones entre occidente y oriente, entre Cristianos y Musulmanes” (Introducción).
Esta frase es la mejor presentación de la obra en su conjunto. Cualquier periodista, de cualquier medio de comunicación , haría mejor su trabajo si tuviera la sensatez de leer y “comprender” este libro para saber sobre qué habla cuando menciona en sus comentarios algún tema relacionado con el encuentro entre el mundo cristiano y el mundo musulmán.
No basta con el reduccionismo infantil que todo lo base en la conquista y la defensa de los recursos energéticos, excusa tan común y difundida en los medios latinoamericanos.
La guerra por el petróleo existe – temo que siempre existirá -  pero hay otra que es necesario conocer en toda su dimensión pues sino erraremos el “vizcachazo” como se suele decir en estos pagos gauchescos.
Veamos otra frase.
“Prosopografía es el estudio de un definido grupo de personas como individuos y miembros de familias”. (PBW: el Proyecto y el Coloquio).
En el capítulo “Peregrinos y Cruzados en las fuentes latinas occidentales” leemos que una ruta popular en el siglo XI fue a través de Roma hacia el sur de Italia y ,luego de cruzar el Adriático desde Bari, a través de la antigua ruta imperial la vía Egnatia hasta Constantinopla , es decir, uno de los caminos de los ejércitos de la Primer Cruzada.
Más adelante, en el mismo capítulo, leemos:
“De ahí sigue que es imperativo que uno al menos trate de crear un pedigree de cada hombre o mujer, con cada uno con sus parientes más cercanos, de modo que puedan ser aproximadamente ubicados. La identificación puede ser establecida luego de un largo proceso , aburrido, de búsqueda dentro de cada familia, lugar de residencia y carrera pues un nombre solo sin una lista de referencia es menos útil para un historiador, que una mariposa solitaria clavada en una tabla para un coleccionista. Solamente cuando las personas están ubicados en el contexto de sus allegados, su sociedad y su región  pueden aportar un sentido a su existencia. Y el conocimiento de su origen puede estar recompensándonos de maneras inesperadas. Cuán lejos estaba, por ejemplo, el áspero tratamiento por parte de los griegos a Hugh de Vermandois, del conocimiento que tenían acerca de que su madre era Anna de Kiev?”.

Guillermo Compte Cathcart



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