Powered By Blogger

viernes, 5 de junio de 2015

Lo Bueno, lo Malo y lo Feo del Mundo Global

Hace varias décadas, a la una de la tarde - las 13 hs, 1 post meridiem - en un cine de Lavalle – cuando todavía era “la calle de los cines” – de la ciudad de Buenos Aires, pude ver a la que se convertiría a través de las generaciones, en una película de culto: “Lo Bueno, lo Malo y lo Feo”, dirigida por Sergio Leone y actuada por Clint Eastwood, Eli Walach y Lee Van Cleef.
Hace poco, cuando hacía fuerza  por “El Regreso del Rey” – la tercera parte de “El Señor de los Anillos” - en su enfrentamiento con “Río Místico”, por el Oscar a la Mejor Película, no pude menos de recordar que , gracias a aquella entrada que pagué para ver a Clint Eastwood representando al pistolero de ponchos grandilocuentes, modestamente, había colaborado en la génesis y evolución del extraordinario director en el cual se ha transformado el alcalde de Malpaso, es decir, mi adversario directo en esa entrega de los premios de la Academia norteamericana, tan distante y distinta de aquella que Platón creó en el Imperio del Mar Egeo y del Mar Muerto, mare nostrum original, que - en muchos aspectos - constituyen la cuna del imperialismo occidental.
Desde hace varios días estoy leyendo dos libros imperdibles de la Cambridge University Press: The Global Cold War. Third World Interventions and the Making of Our Times, de Odd Arne Westad – Director del Centro de Estudios de la Guerra Fría en la Escuela de Economía y Ciencia Política de Londres, en la cual él enseña Historia de la Guerra Fría y la Historia de Asia Oriental – ISBN 978-0-521-85364-4 hardback, ISBN 978-0-521-70314-7 paperback, 2007; y Territoriality and Conflict in an Era of Globalization, de Miles Kahler – Profesor de Relaciones Internacionales del Pacífico en la Universidad de California – y Barbara F. Walter – Profesora de Ciencia Política en la misma universidad – ISBN 13 978-0521-85833-5 y 10 0-521-85833-X hardback; ISBN 13 978-0-521-67503-1 y 10 0-521-67503-0 paperback, 2006.
Y de esa lectura no había podido, aún, encontrar un título para mi reseña. Pero, como dice el refrán, no hay mal que dure cien años.

Hace instantes recibí el periódico La Nación , uno de los más antiguos de mi país y leo en la página 33, una nota que viene de la primera, de la portada: “Cristina Kirchner: “La Argentina debe volver al mundo”, firmada por Joaquín Morales Solá, en la que se reproduce en itálica lo que supongo deber ser una afirmación de la actual candidata a Presidente de la Nación: “Es un muro simbólico entre los Estados Unidos y América Latina – refiriéndose al muro levantado por los Estados Unidos de Norteamérica en la frontera con México -, y eso no está bien en un mundo globalizado”.
De inmediato surgió la similitud entre aquél afiche con el cual se promocionaba la película de Leone y las tapas de ambos libros. En Territoriality and Conflict...dos soldados indios patrullan los alambrados fronterizos que separan la India de Pakistán. En The Global Cold War...guerrilleros islámicos festejan la caída de un helicóptero soviético. En las declaraciones de la actual senadora argentina está implícito el rechazo del oprobioso Muro de Berlín cuya reencarnación en el actual intento por impedir la llegada de inmigrantes mexicanos al país que preside Bus resulta harto evidente.
Por supuesto, para muchos habitantes de nuestro mundo global, el Otro, “ese distinto a nosotros”, o es malo, o es feo. Resulta evidente que para muchos norteamericanos, tanto los mexicanos como los hispanoamericanos , en general, o somos malos, o somos feos.
Cuando digo “norteamericanos” me refiero exclusivamente a los vecinos que habitan los Estados Unidos de Norteamérica.
En la página 13 del serio trabajo de Odd Arne Westad, apreciamos un mapa que grafica la continua expansión territorial continental de los Estados Unidos hasta 1914: Las fechas se suceden y la metodología utilizada es la violencia o la compra. La conquista del espacio anterior fue el jardín de infantes en el cual se forjó la “vocación imperial” de los aún adolescentes norteamericanos. “Adolescentes” en el sentido de la duración de su imperio, que aún no llega al estado de adulto y mucho menos a la vejez, como suelen asegurar muchos intelectuales que confunden “gordura” con “hinchazón”.
En la página 21 encontramos una frase que sintetiza la real fuerza de esta Pax Americana que llegó para quedarse durante varios siglos: “Cuando Thomas Jefferson intervino contra los piratas de las costas del norte de África – en la imagen norteamericana los precursores de los terroristas del siglo veintiuno – los objetivos eran asegurar el comercio norteamericano e imponer los standars de conducta americanos”.
Imperdibles son los párrafos que encontramos entre las páginas 74 y 97 bajo los subtítulos: “Colonialismo y sus efectos” y “Creando nuevos estados”.
Este libro nos muestra despiadadamente como la llamada Guerra Fría engendró la actual y temible Guerra del Terror que ha transformado el concepto de seguridad individual y pública a lo largo y a lo ancho del mundo.
El uso de los aviones durante el 11 de Septiembre es mucho más que una operación terrorista: Es la instalación en la conciencia mundial de una amenaza apocalíptica que nos asegura que los miles de vuelos que tanto contribuyen diariamente en la consolidación y el crecimiento de la globalización pueden ser, en cualquier momento, el final de nuestras vidas y la de nuestros amigos.
Es la necesidad hecha carne de instalar la sospecha como modo permanente de relacionarnos con el Otro.
En el último capítulo del excelente The Global Cold War, “Conclusión: Revolutions, interventions, and great power collapse”, encontramos una frase inquietante y perturbadora: “A largo plazo será imposible para la cada vez menos numerosa minoría privilegiada el imponer su voluntad económica, política y militar a lo largo y a lo ancho del mundo”.
¿Peca Odd Arne Westad de un optimismo exagerado?
Cada lector debe dar su propia respuesta y esta simple conclusión es la mejor carta de presentación de esta nueva excelencia de la Cambridge University Press cuya dedicatoria nos recuerda a Ruth First, un comunista sudafricano asesinado por agentes del régimen del apartheid en Maputo en 1982 y a Sayed Ali Majrooh, un musulmán afgano y demócrata que fue asesinado por extremistas islámicos en Peshawar en 1988.
En Territoriality and Conflict in an Era of Globalization, Miles Kahler comienza su colaboración con la frase: “El mundo de comienzos del siglo veintiuno despliega una persistenta atadura al territorio y violentos conflictos por esos límites territoriales”.
Barbara F. Walter termina su colaboración, la conclusión, con esta frase: “Pero hasta que nosotros podamos incluir la información sobre los aspectos más intangibles del territorio, los gobernantes enfocándose desproporcionadamente sobre el lado material del conflicto territorial en detrimento de soluciones más apropiadas y duraderas”.
Entre ambas frases encontramos una serie de ensayos muy valiosos para plantear el problema territorial con su bizarra y dramática realidad.
“Bounded communities: territoriality, territorial attachment, and conflict”, “On given ground: globalization, religion, and territorial detachment in a Papua New Guinea Society”, “The resilience of territorial conflict in an era of globalization”, “Diasporas and homeland conflict”, “Territory and war: state size and patterns of interstate conlict”, “Globalization, economic development, and territorial conflict”, son algunos de ellos.
Este libro nos inquieta pues una segura afirmación podemos hacer luego de haberlo leído: El territorio ha sufrido algunos cambios como consecuencia de la globalización y preferentemente, en la función de los bordes, de las fronteras, pero no han desaparecido. Siguen existiendo y ahora emergen como todos los mutantes lo hacen en el fragoroso campo de la evolución: más fuertes y menos  controlables que antes.
¿Esas fronteras que tanto han separado a la humanidad – más allá de su noble función de contener la identidad cultural de los pueblos y su seguridad jurídica – seguirán siendo pretexto para nuevas matanzas?
El gobernante que quiera asegurar la paz universal debería leer este magnífico producto de la Cambridge University Press.


Guillermo Compte Cathcart

No hay comentarios:

Publicar un comentario