En los días de ocio, la memoria me transporta al pasado.
Hoy, potenciado ese hábito por la lluvia de otoño que acaricia mi jardín, recuerdo aquel 30 de Septiembre de 2004, cuando la Asociación de Amigos de la
Astrología Regional, a partir de las 21 horas, realizó un evento muy especial.
Mi amigo, el profesor Chicoana Fuentes, me invitó a
participar de ese encuentro con el cual los asociados recordaron el aniversario
de la creación del partido de Almirante Brown.
Como es costumbre, nos encontramos en la sede de la entidad,
la vieja casona de la calle Seguí , en Adrogué, donde supo hacer sus famosas
cartas astrológicas el sabio Vigía Estelar, Don Artemio Dallrymple, autor del
fabuloso libro: “Siembra y cosecha de claveles. Los floricultores japoneses y
el culto a Saturno” , que ha pasado a ser una referencia obligada entre los jardineros
anglosajones, tan preocupados por el arte impar de los jardines victorianos.
Primero, se sirvió una comida excelente cuyo plato principal
fueron los Cochinillos a la Giap, una exquisitez que lleva el nombre del
estratega vietnamita, creación de su sobrino – el primogénito de su hermana
menor - el Chef Ngo Linh, discípulo y primer ayudante de Paul Bocuse, el creador
de la nouvelle cuisine.
A los postres – el tradicional queso y dulce – y antes de
entrar en el tema principal de la noche, el anfitrión – el eximio cirujano
Eugene Dallrymple, el único nieto, heredero y continuador del Hermano Artemio – hizo una breve reseña biográfica de Ngo
Linh, quien se encuentra en nuestro país especialmente invitado por una empresa
chilena de catering, que comercializa sus productos y servicios en los
countries de la provincia de Buenos Aires.
Como para que no queden dudas sobre los alcances de la
globalización y su influencia en la demolición de los muros físicos - como el
de Berlín - o los ideológicos – como el centenar de expertos vietnamitas que
asesoran a la CIA y el FBI en las cuestiones relacionadas con la prevención del
terrorismo - cito una anécdota: Ngo
Linh, ese hombrecito delgado y simpático, de rasgos bonachones, ceremonioso y
con el pelo totalmente blanco - uno de los expertos gastronómicos mimados por
los círculos parisinos y de la comunidad europea -, a los catorce años, mató a diecisiete
franceses en la decisiva batalla de Dien Bien Phu, que determinó la pérdida de
Indochina para los compatriotas de Platini.
Luego del brindis con vino de Madeira – que alguno mezcló
bárbaramente con jugo Mocoretá de naranja o ananá – hizo uso de la palabra el
admirado Profesor Chicoana Fuentes.
¿Cómo sintetizar sus enseñanzas?
La atención que prestaron a las palabras del Maestro los
trescientos veinticuatro comensales – y los cuarenta y pico de mozos, maitres y
ayudantes de cocina - que escucharon absortos la conferencia, me animan a
transcribir textualmente lo dicho por el investigador que descubrió e hizo
detener al famoso Asesino del Necronomicón, quien purga su condena en una
prisión de máxima seguridad en Alaska.
Chicoana lucía con orgullo sobre su pecho la condecoración
que le entregaron los directivos del Círculo de Lovecraft cuando aquél loco -
que asesinaba bibliotecarios en Nueva Inglaterra buscando el famoso pero
inexistente Libro de los Muertos , creado por la imaginación del Padre de los
Mitos de Cthulhu -, fue detenido por su perspicacia y su inteligencia
detectivesca, cualidades que se potenciaron a las altas cumbres de la historia
de la criminalística, al integrarse en un equipo imbatible con el Inspector
Danfort, de Scotland Yard, el hijo del célebre explorador cuyas aventuras en la
Antártica describió Lovecraft en su inolvidable “En las montañas de la locura”.
Dijo Chicoana: “Estimados amigos. Todos conocemos que hay
políticos que viven obsesionados con las encuestas. La historia relata que los
poderosos de todos los tiempos se rodearon de Iniciados en el arte de la
predicción, en la llave de los designios, en la lectura de las estrellas para
develar la incógnita del porvenir. Lamentablemente, los astrólogos hemos sido
dejados de lado. Nos han reemplazado con unos advenedizos, unos charlatanes
cuya única virtud consiste en llenar casilleros en planillas interminables en
las cuales conviven preguntas nacidas en el impreciso límite de la estupidez y
la demencia. Esto – duele decirlo – comenzó en nuestro país con el descrédito
de nuestra profesión, iniciado en las teclas de Roberto Arlt, quien en su libro
“Los Siete Locos” nos deja mal parados con la descripción que hace de uno de
los nuestros, obsesionado por el poder terrenal. Para revertir la situación
hemos realizado una encuesta seria entre los hinchas de fútbol domiciliados en
los partidos de Almirante Brown, Esteban Echeverría y Lomas de Zamora. El
diseño de las preguntas ha sido calcado de las cartas astrales de Simón el
Mago, quien con su genio supo trazar las grandes vías que llevan al Infinito.
Hemos entrevistado a 777 vecinos –
hombres y mujeres – en tres oportunidades a cada uno. Con este sistema hemos
evitado la mentira defensiva, que hace de las encuestas una técnica menor, no
comparable en dignidad científica con nuestra suprema Astrología. Con cada
repregunta cambiábamos el eje de la Inquisición, sólo permanecían dos preguntas
en todos los cuestionarios: “¿de qué equipo de fútbol es hincha?”, “¿es Ud.
peronista?”. Nos hemos llevado grandes sorpresas. La mayor cantidad de
peronistas la encontramos entre los hinchas de River. Y la mayor cantidad de antiperonistas
entre los fanáticos de Boca. Cada uno de nuestros asociados recibirá una copia
del informe para su trabajo cotidiano. En la soledad de sus gabinetes, mirando
la luz eterna y diáfana de los astros, podrán interpretar los símbolos”.
Un ensordecedor aplauso rubricó la conferencia de mi amigo.
Los perros de los jardines vecinos aullaban. Cuando caminábamos hacia la
estación de trenes – a las cuatro de la mañana del día 1º de Septiembre –
buscando un remis, Chicoana me miró al encender su pipa y sonriendo me dijo:
- La camiseta es lo único eterno.
No contesté. Elevé mis ojos al cielo y pude ver en un
instante fugaz, cómo las estrellas se alineaban dibujando el perfil de Juan
Domingo alzando los brazos y sobre su
pecho, la banda roja de la Tercera Posición, del Este al Oeste, del Norte al Sur.
Guillermo Compte Cathcart
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