Esteban Adrogué fue un pionero, un
creador de la infraestructura para que otros pudieran a su vez, crear, fundar y
trabajar.
Un demiurgo, un hacedor de continentes
y de caminos para que otros construyan y tracen sus rumbos.
Un auténtico eslabón generacional.
Cuando hace el Puente Alsina no
solo está construyendo un puente físico, está posibilitando que las corrientes
inmigratorias lo transiten desde el puerto hacia la inmensidad de la pampa para
comenzar la gran conquista del horizonte y a la inversa, la llegada de las
tropas con la soledad acumulada de sus hombres para penetrar a la gran ciudad
que palpita sin sentimientos explicitados: No en vano el tango a fines del
siglo diecinueve y a comienzos del año 20 comienza a nacer en los alrededores
del Puente Alsina con los bailes de los hombres solos que mixturan culturas,
razas, y cantos en el nuevo ritmo.
Homero Manzi cuando dice “Sur,
paredón y después...” sabe que ese después ya no es la nada absoluta sino el
alguien palpitante más allá de la obra de Don Esteban, el niño testigo de
aquellos mayores que dieron testimonio - aquéllos días 5 y 6 de Octubre de 1811 - de la Patria Profunda en
la Plaza de la Victoria , enarbolando la
rebelión de sus trenzas y sus facones federales.
Tanto Lomas de Zamora como Alte.
Brown son dos postas que Adrogué creó para que los viajeros que estaban
colonizando y conquistando al Gran Buenos Aires tuvieran su punto de referencia
al iniciarse la masiva Primer Emigración Porteña de la década del 50, cuando
cientos de miles de inmigrantes recién llegados después de la II Gran Guerra y los
porteños sin techo propio pudieron concretar el sueño de la casa propia.
Gracias a Esteban Adrogué se
pudieron construir las casitas de jardines inmensos y de duraznos al fondo para
los antiguos habitantes de los conventillos del hacinamiento y de los
alquileres impagables y los hoteles de la humillación permanente.
Una anécdota: En la década
anterior a la invasión de Polonia por parte de las tropas nazis, decenas de
polacos trabajaban en los montes de duraznos de Longchamps, especialmente en el
llamado posteriormente Campo Ramo (Hoy
Malvinas, Camino a la Lata
y Drago, hoy Alvear). Polacos que fueron a la guerra y de la cual volvieron
muy pocos para radicarse definitivamente.
Esos duraznos que don Esteban
quiso cultivar en aquellos primeros terrenos que le compró el 30 de Diciembre
de 1862 a
Don Tomás Paredes y por los cuales pagó, según la tradición oral, tantos pesos
como ovejas le mostró pastando, el bravo paisano que manejaba una pulpería de nota en la
época y que no era solamente un vaquero y agricultor como dicen las historias
“más serias”.
Cuando Esteban compró esos
primeros metros cuadrados de tierra había varios habitantes en la región:
Benigno Macías, José Eugenio Grigera, Francisco Burzaco, Castaño, Obligado,
Ramón Hunt, Lucas Barboza, Plácido Reinoso, Francisco Páez y Don Lucas
Calignana y muchos eran los dones de este suelo: Montes de Duraznos, Ombúes
inmensos, Manzanas, Uvas, Peras, quintas y aves de corral y ganado.
Y más allá, el peligro de los
perros cimarrones que frecuentemente se animaban a fieros ataques en las chacras más alejadas, como lo hicieron en la época colonial.
La sistemática plantación de Eucalyptus globulus señala la
preocupación de Esteban por crear un nuevo mundo para la gente, pero sin la destrucción del
medio ambiente: La prevención de la salud en la planificación señala
las virtudes en Esteban Adrogué, que harían enrojecer a más de un aspirante a
estadista de la actualidad.
Esteban Adrogué ha demostrado
con todas sus obras que ha sido un POLÍTICO con mayúsculas, porque luchó por el
bien común de muchos , fue un auténtico creador de BIENESTAR SOCIAL.
Y es , lamentablemente, para muchos
habitantes de los distritos por los cuales sembró su genio, un desconocido y
sólo una estatua en el centro de una
hermosa ciudad y un cartel en una estación del ferrocarril.
Y, para muchos "ideólogos" de salón un "oligarca" que postergó las aspiraciones del Pueblo Rivadavia por ser "cabeza del nuevo partido".
En otra nota me referiré a la "guerra de las carretas".
Como Adrogué no tenía un metro de
terreno por donde pasaba el ferrocarril del sur tuvo que convencer arduamente a
quien por fin le vendió aproximadamente cuatro hectáreas a Don Manuel
Fernández, superficie que donó para construir la estación que lleva su nombre
(y para la cual propuso el nombre del héroe de su niñez, Alte. Brown y que los británicos
rechazaron porque había ya otra con ese nombre y ellos decidieron, como era
costumbre, poner el nombre del donante).
Esteban había presenciado los combates del irlandés en el Río de la Plata y no es imposible que lo haya visitado al almirante retirado cuando atendía su negocio en la zona de Barracas.
Gracias a su amistad con los
Canale, a sus directivas , a su comprensión y a la creatividad de los
constructores se levanta en nuestra patria un pueblo con perspectivas y servido
por vías diagonales para todos los rumbos: año 1872.
Hoy , los caminantes por
obligación o por placer , tienen mucho menos que andar para recorrer distancias
gracias a esas diagonales que después fueron Capital en la Provincia.
Como de poco sirven los sueños
solitarios si no están también en las mentes y los corazones y las manos de los
Otros, aquí van los nombres de quienes el 13 de Julio de 1872 pidieron al
Gobernador de la Provincia
de Buenos Aires la creación del municipio de Alte. Brown: Esteban Adrogué, José
Antonio Demaría, Francisco Burzaco, Ramón Hunt, Benigno Macías, Juan C. Molina,
José María Mata, Eugenio Grigera, José Andreu, Manuel Demaría, Francisco Lorey,
Sasso Hs., Juan Lacaze, Guillermo Dorre, Andrés Hebbel, Regina G. de Ferrari,
Zoilo Piñero, Sisto Rincón, Florencio Ocaña, Bernardo Peti, Pablo Donker, Ramón
Caballero, Pablo Dangieri, Pablo Vera, Justo Rincón, Pedro Borges, Jose Ocaña,
Asencio Vera, Fructuoso Palma, Antonio Loray.
Como algunos propietarios se
negaban a abrir sus campos al paso de los vecinos tuvo que hacerse un reclamo
al gobierno provincial que obligó la apertura ante lo cual dijo don Esteban,
como en otros en los cuales debió intervenir (recordar la forma de arreglar los
problemas que tenía don Tomás Grigera, quien seguramente se la enseñó):
“Que a la gente hay que
obligarla a que haga las cosas,
como a los muchachos hay que
lavarles la cara, aunque lloren,
después les gusta”
La luz eléctrica y el agua fueron
obsesión para don Esteban y Brown tuvo luz eléctrica antes que Lomas, Temperley
y Banfield
QUIÉN LOS ASESORÓ PARA HACER UN POZO
SEMISURGENTE CON PRECAUCIONES PARA EVITAR LA CONTAMINACIÓN ?
El ingeniero Guillermo Villanueva – el de la
calle Villanueva en Belgrano – organizador y Presidente Director de las Obras
de Salubridad en la
Capital Federal. Este Villanueva es mi tío bisabuelo por
parte de los Compte: mi abuelo Luis Serviliano es su sobrino, el hijo de su
hermana).
Así como mi prima
hermana Irma Lookup se casó con José María Ávila Ortega – hecho por el cual
también tengo lazos con una de las familias fundadoras de la región, también mi
tatarabuelo paterno James Cathcart anduvo por estos pagos desde 1825.
Estos pagos donde
“reina el durazno y canta el zorzal" como escribí en la "Canción de Longchamps" como ofrenda a su primer centenario en el 2010 y los pioneros - mis viejos y grandes y amados vecinos - que soñaron con su casa propia.
Guillermo Compte
Cathcart
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