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domingo, 24 de mayo de 2015

Esteban Adrogué

Esteban Adrogué fue un pionero, un creador de la infraestructura para que otros pudieran a su vez, crear, fundar y trabajar.
Esta imagen es la de un denominado "orillero" por los cajetillas
de Buenos Aires.
Más de 1500 de estos paisanos siguieron a Don Tomás Grigera
en la llamada "Revolución de las Trenzas".
¿Esa asonada será una premonición del otro Octubre glorioso?
Un demiurgo, un hacedor de continentes y de caminos para que otros construyan y tracen sus rumbos.
Un auténtico eslabón generacional.
Cuando hace el Puente Alsina no solo está construyendo un puente físico, está posibilitando que las corrientes inmigratorias lo transiten desde el puerto hacia la inmensidad de la pampa para comenzar la gran conquista del horizonte y a la inversa, la llegada de las tropas con la soledad acumulada de sus hombres para penetrar a la gran ciudad que palpita sin sentimientos explicitados: No en vano el tango a fines del siglo diecinueve y a comienzos del año 20 comienza a nacer en los alrededores del Puente Alsina con los bailes de los hombres solos que mixturan culturas, razas, y cantos en el nuevo ritmo.


Homero Manzi cuando dice “Sur, paredón y después...” sabe que ese después ya no es la nada absoluta sino el alguien palpitante más allá de la obra de Don Esteban, el niño testigo de aquellos mayores que dieron testimonio - aquéllos días 5 y 6  de Octubre de 1811 - de la Patria Profunda en la Plaza de la Victoria, enarbolando la rebelión de sus trenzas y sus facones federales.
Tanto Lomas de Zamora como Alte. Brown son dos postas que Adrogué creó para que los viajeros que estaban colonizando y conquistando al Gran Buenos Aires tuvieran su punto de referencia al iniciarse la masiva Primer Emigración Porteña de la década del 50, cuando cientos de miles de inmigrantes recién llegados después de la II Gran Guerra y los porteños sin techo propio pudieron concretar el sueño de la casa propia.
Gracias a Esteban Adrogué se pudieron construir las casitas de jardines inmensos y de duraznos al fondo para los antiguos habitantes de los conventillos del hacinamiento y de los alquileres impagables y los hoteles de la humillación permanente.
Una anécdota: En la década anterior a la invasión de Polonia por parte de las tropas nazis, decenas de polacos trabajaban en los montes de duraznos de Longchamps, especialmente en el llamado posteriormente Campo  Ramo (Hoy Malvinas, Camino a la Lata y Drago, hoy Alvear). Polacos que fueron a la guerra y de la cual volvieron muy pocos para radicarse definitivamente.
Esos duraznos que don Esteban quiso cultivar en aquellos primeros terrenos que le compró el 30 de Diciembre de 1862 a Don Tomás Paredes y por los cuales pagó, según la tradición oral, tantos pesos como ovejas le mostró pastando, el bravo paisano que manejaba una pulpería de nota en la época y que no era solamente un vaquero y agricultor como dicen las historias “más serias”.
Cuando Esteban compró esos primeros metros cuadrados de tierra había varios habitantes en la región: Benigno Macías, José Eugenio Grigera, Francisco Burzaco, Castaño, Obligado, Ramón Hunt, Lucas Barboza, Plácido Reinoso, Francisco Páez y Don Lucas Calignana y muchos eran los dones de este suelo: Montes de Duraznos, Ombúes inmensos, Manzanas, Uvas, Peras, quintas y aves de corral y ganado.
Y más allá, el peligro de los perros cimarrones que frecuentemente se animaban a fieros ataques en las chacras más alejadas, como lo hicieron en la época colonial.
La sistemática plantación de  Eucalyptus globulus señala la preocupación de Esteban por crear un nuevo mundo para la gente, pero sin la destrucción del medio ambiente: La prevención de la salud en la planificación señala las virtudes en Esteban Adrogué, que harían enrojecer a más de un aspirante a estadista de la actualidad.
Esteban Adrogué ha demostrado con todas sus obras que ha sido un POLÍTICO con mayúsculas, porque luchó por el bien común de muchos , fue un auténtico creador de BIENESTAR SOCIAL.
Y es , lamentablemente, para muchos habitantes de los distritos por los cuales sembró su genio, un desconocido y sólo  una estatua en el centro de una hermosa ciudad y un cartel en una estación del ferrocarril.
Y, para muchos "ideólogos" de salón un "oligarca" que postergó las aspiraciones del Pueblo Rivadavia por ser "cabeza del nuevo partido".
En otra nota me referiré a la "guerra de las carretas".
Como Adrogué no tenía un metro de terreno por donde pasaba el ferrocarril del sur tuvo que convencer arduamente a quien por fin le vendió aproximadamente cuatro hectáreas a Don Manuel Fernández, superficie que donó para construir la estación que lleva su nombre (y para la cual propuso el nombre del héroe de su niñez, Alte. Brown y que los británicos rechazaron porque había ya otra con ese nombre y ellos decidieron, como era costumbre, poner el nombre del donante).
Esteban había presenciado los combates del irlandés en el Río de la Plata y no es imposible que lo haya visitado al almirante retirado cuando atendía su negocio en la zona de Barracas.
Gracias a su amistad con los Canale, a sus directivas , a su comprensión y a la creatividad de los constructores se levanta en nuestra patria un pueblo con perspectivas y servido por vías diagonales para todos los rumbos: año 1872.
Hoy , los caminantes por obligación o por placer , tienen mucho menos que andar para recorrer distancias gracias a esas diagonales que después fueron Capital en la Provincia.
Como de poco sirven los sueños solitarios si no están también en las mentes y los corazones y las manos de los Otros, aquí van los nombres de quienes el 13 de Julio de 1872 pidieron al Gobernador de la Provincia de Buenos Aires la creación del municipio de Alte. Brown: Esteban Adrogué, José Antonio Demaría, Francisco Burzaco, Ramón Hunt, Benigno Macías, Juan C. Molina, José María Mata, Eugenio Grigera, José Andreu, Manuel Demaría, Francisco Lorey, Sasso Hs., Juan Lacaze, Guillermo Dorre, Andrés Hebbel, Regina G. de Ferrari, Zoilo Piñero, Sisto Rincón, Florencio Ocaña, Bernardo Peti, Pablo Donker, Ramón Caballero, Pablo Dangieri, Pablo Vera, Justo Rincón, Pedro Borges, Jose Ocaña, Asencio Vera, Fructuoso Palma, Antonio Loray.
Como algunos propietarios se negaban a abrir sus campos al paso de los vecinos tuvo que hacerse un reclamo al gobierno provincial que obligó la apertura ante lo cual dijo don Esteban, como en otros en los cuales debió intervenir (recordar la forma de arreglar los problemas que tenía don Tomás Grigera, quien seguramente se la enseñó):

“Que a la gente hay que obligarla a que haga las cosas,
como a los muchachos hay que lavarles la cara, aunque lloren,
después les gusta”

La luz eléctrica y el agua fueron obsesión para don Esteban y Brown tuvo luz eléctrica antes que Lomas, Temperley y Banfield
QUIÉN LOS ASESORÓ PARA HACER UN POZO SEMISURGENTE CON PRECAUCIONES PARA EVITAR LA CONTAMINACIÓN?
El ingeniero Guillermo Villanueva – el de la calle Villanueva en Belgrano – organizador y Presidente Director de las Obras de Salubridad en la Capital Federal. Este Villanueva es mi tío bisabuelo por parte de los Compte: mi abuelo Luis Serviliano es su sobrino, el hijo de su hermana).
Así como mi prima hermana Irma Lookup se casó con José María Ávila Ortega – hecho por el cual también tengo lazos con una de las familias fundadoras de la región, también mi tatarabuelo paterno James Cathcart anduvo por estos pagos desde 1825.
Estos pagos donde “reina el durazno y canta el zorzal" como escribí en la "Canción de Longchamps" como ofrenda a su primer centenario en el 2010 y los pioneros - mis viejos y grandes y amados vecinos - que soñaron con su casa propia.

Guillermo Compte Cathcart







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