Siempre se habla de las armas químicas pero hay otras formas más terribles e invisibles de matar.
El Cuadro de Picasso muestra artísticamente el horror de un bombardeo sobre la población civil. Los buitres deciden como cuando y donde será la catástrofe. |
Por unos instantes, dejando de lado nuestras preocupaciones cotidianas que nos llevan obsesivamente a poner en distintos sitios de internet , la foto de nuestro gato acostado en el sillón con su ratón preferido o a nuestro último nieto durmiendo a pata suelta sobre su cuna, pensemos en esta breve narración.
Un país dominado por una deuda externa incontrolable emite bonos a nivel global.
Alguien los adquiere y luego incita a la corrupción a funcionarios que pueden ejercerla. (A los perejiles no los toma nadie en cuenta).
Estos descendientes de Gunga Din (cipayos asquerosos) omiten realizar las acciones que protegen a su país y realizan las que lo perjudican.
Cuando los bonos vencen, los acreedores exigen el pago pactado.
Inocentemente y obligados por las deudas preexistentes, las autoridades que emitieron los títulos de la deuda han debido ceder y tuvieron que someterse a tribunales extranjeros.
Con esto han olvidado las enseñanzas de la Doctrina Drago.
Estos tribunales extranjeros escuchan con dos oídos a los fondos buitres (sean o no sus socios directos) y con un solo oído, y sin traductor, al deudor.
Esto me enseña que fue al divino cohete que Drago interviniera para proteger a la soberanía de naciones americanas, que yo hubiera hecho una tesis sobre ese tema en el años 1965 bajo la supervisión de Félix Luna en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires.
Luna, quien a pesar de no ser peronista, amaba a nuestro país, hoy pegaría el grito en el cielo.
Debido a errores voluntarios o involuntarios, somos nosotros quienes elegimos ser carroña para alimentar a esos fondos buitres que siempre están esperando los frutos de sus maquinaciones.
Guillermo Compte Cathcart
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